Nos importa un rábano y todos ellos por ser un alimento saludable y muy beneficioso para tu hígado y tu vesícula biliar. Es una hortaliza fresca, sabrosa y altamente nutritiva. Al ser crujiente, acuoso, terso y sabroso, puede consumirse de maneras muy variadas, en ensaladas, como crudités acompañando cremas frías como guacamole o humus. Los rábanos tienen un sabor fuerte y dan un atractivo sabor a las ensaladas y son ricos en fibra, tiene casi 20 aminoácidos, alto contenido en vitaminas del grupo B, y vitamina C, y contiene yodo, magnesio y azufre.
Su color y, sobre todo, su sabor amargo nos indica que se trata de un alimento muy recomendable para el hígado.
Todos los vegetales amargos, como la rúcula, el nabo o el rábano hacen que nuestro organismo mejore su funcionamiento. Estimula la bilis, desintoxica el organismo y favorece la absorción de nutrientes. Estos son son principales beneficios:
1. Un manojo de nutrientes
- Desde la antigüedad, el rábano tuvo un uso medicinal. Es un excelente digestivo y un medio para favorecer el hígado.
- Existe una variedad de color verde con la que elaboran el “wasabi”.
- De todos lo tipo de rábanos, el que mayores propiedades curativas suele tener es el rábano negro.
2. El mejor amigo de tu hígado y vesícula
- Los glucosinolatos, que son sus componentes azufrados, son los responsables. Estos elementos elevan la producción de bilis lo que permite desintoxicar la vesícula biliar y facilitar su trabajo durante las digestiones.
- Los rábanos al ser muy diuréticos, cuidan de que no se almacenen materiales en los riñones, evitando así la formación de cálculos renales.
3. El rábano, un antiséptico natural
- El rábano, al igual que las cebollas, tiene propiedades antisépticas muy adecuadas para ayudar en el tratamiento de algunas patología respiratorias como la bronquitis, el asma o la tos irritativa.
- Sirve para limpiar nuestros intestinos y el colon.