Ya en otoño podemos encontrar las primeras mandarinas, esas con un sabor ligeramente ácido y grandes cantidades de vitaminas. Tantas propiedades que su consumo diario nos ayuda a prevenir multitud de dolencias y nos prepara para el invierno.
La mandarina proviene del Asia Oriental y es el fruto de un árbol conocido como ‘citrus reticulata’ . Su nombre hace alusión a la vestimenta de los gobernantes de la antigua China que se caracterizaban por vestir un uniforme con un vistoso color anaranjado. En el siglo XIX se introdujo en Europa, desde donde partió posteriormente a América.
Las mandarinas poseen un alto contenido en agua, no contienen grasa y aportan hidratos de carbono en forma de azúcares. Tienen un alto contenido de fibra y una gran cantidad de vitamina C, además de Vitamina A y potasio. Estas son algunas de sus propiedades:
1. Disminuye el cansancio y la fatiga. La Vitamina C contribuye a mantener la función normal del sistema nervioso e inmunitario, favorece la función psicológica normal.
2. Antienvejecimiento y embellecedora natural. Por su acción antioxidante, la vitamina C que contiene contribuye a proteger las células frente al daño oxidativo. También favorece el funcionamiento y formación de los huesos, las encías, los dientes, los vasos sanguíneos, los cartílagos y la piel, por su papel en la formación del colágeno.
3. Ayuda a tener un cabello brillante. Las mandarinas son ricas en vitamina E, B12 y B7 (biotina) que son esenciales para el crecimiento del pelo. Además, los antioxidantes presentes en las mandarinas protegen el cabello de la contaminación ambiental. La vitamina C es muy importante para la producción de colágeno que fortalece el cabello, facilita la cicatrización de heridas y mejora la firmeza de la piel.
4. Un imán para el hierro. La vitamina C que contiene la mandarina actúa en el metabolismo de nutrientes mejorando la absorción del hierro y ayudando a regenerar la vitamina E.
5. Reduce el nivel de colesterol. Las mandarinas contienen una sustancia llamada sinefrina y antioxidantes que ayudan a reducir el colesterol malo en la sangre. Combaten los radicales libres que oxidan el colesterol e impiden así que este se adhiera a las paredes de las arterias. Además, contienen fibra soluble e insoluble que impide la absorción del colesterol en el intestino.
6. Protege de la diabetes. Las mandarinas contienen un flavonoide llamado nobiletina que, según los resultados de un estudio de la Universidad Western Ontario (Canadá), previene la acumulación de grasa y nos protege de la diabetes tipo 2 así como de la arterosclerosis. La nobiletina se encuentra en altas concentraciones en la corteza blanca de las mandarinas, por eso es muy recomendable comerla aunque puede tener un sabor amargo.
Los colores del otoño también nos lo podemos comer y son el amarillo, el marrón y el naranja. Por ello, hoy destacamos un alimento naranja que nos trae esta estación para alegrarnos la vista, el paladar y dejarnos gran cantidad de beneficios para prepararnos ante las bajas temperaturas que están por venir.