El jengibre es una planta, de la familia de las zingiberáceas entre la que también se encuentra la cúrcuma y el cardamomo, que crece en las regiones tropicales de todo el mundo y es famoso, principalmente por sus propiedades medicinales, aunque también por su uso culinario.
La variedad de jengibre más común es originario de China y de Perú; sin embargo, el más valorado procede de India, Australia y Jamaica.
Tiene un alto contenido en fibra y en aminoácidos, como la valina y la leucina (con importantes propiedades cicatrizantes) o la arginina, que estimula el sistema inmunológico. Posee un componente llamado gingerol que le da su toque picante, ya que es equivalente a la capsaicina, la sustancia picante de los chiles.
El jengibre es un antiinflamatorio natural que ayuda a combatir enfermedades respiratorias, artrosis y problemas digestivos, ya que mejora la digestión, colabora en la absorción de nutrientes en el organismo y ayuda a aliviar los dolores abdominales que suelen producirse cuando hay una inflamación estomacal. También previene el estreñimiento y reduce los gases intestinales.
Es un alimento muy rico en aceites esenciales, vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos otorga muchos beneficios al cuerpo humano, entre los que se encuentran los siguientes:
- Alivia los dolores reumáticos y menstruales
- Buen remedio contra la gripe y los catarros ya que favorece la expectoración
- Mejora el flujo sanguíneo, y con ello ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares
- Elimina el mareo y el vértigo
- Estimula la libido
- Es un antidepresivo natural
- Combate el envejecimiento prematuro y reduce los niveles de estrés
Para disfrutar de los beneficios de este tubérculo puedes tomarlo en infusiones, en licuados, jugos, ensaladas, guisados o postres.
Como eleva la temperatura corporal, el otoño suele ser un buen momento para recuperar su consumo. Si quieres gozar estos beneficios no dudes incluir el jengibre en tu dieta.