Tiene tantas propiedades beneficiosas, este tubérculo característico del otoño, que su consumo está asociado a lugares donde la mayor esperanza de vida es mayor. Así lo plasmó un estudio en la población de japonesa de Okinawa donde el consumo habitual de boniato se tenía en cuenta como uno de los factores diferenciales para determinar a esta ciudad nipona como uno de los lugares del mundo con una población más longeva.
En el archipiélago de Okinawa, compuesto por 161 islas al sur de Japón, existe un extraordinario número de personas por encima de los 105 años, y el hay 34 centenarios por cada 100.000 habitantes, son oficialmente las personas que más viven del planeta. Los niveles de enfermedad cardiovascular, cáncer o infarto son un 60% más bajos en este lugar que en Japón, donde ya las tasas son realmente bajas. Los okinawenses tienen un 80% menos de ataques cardíacos que los americanos y el cáncer de mama es algo tan extraño que no se hacen mamografías. También tienen un 40% menos de cáncer que los occidentales, y cuando lo tienen, su probabilidad de sobrevivir se duplica.
El estudio realizado por los doctores Bradley y Craig Willcox se plasmó en un libro "The Okinawa Way". En él además de hacer deporte diariamente, seguir una vida sin estrés, con meditación y una alta espiritualidad, siguen una dieta antiinflamatoria, es decir, baja en calorías, pero con alta densidad en vitaminas, minerales y con un importante aporte de grasas antiinflamatorias Omega-3.
El boniato, junto al consumo de pescado, vegetales de hoja verde, granos enteros, arroz, cerdo salvaje y productos fermentados de soja, unido a una bajísima ingesta de alcohol, nada de azúcares o harinas refinadas, ni carnes rojas, hacen de su alimentación unos de los pilares de su larguísima esperanza de vida, de hecho ellos emplean el término, Ishoku-dogen, que significa "el alimento y la medicina provienen de la misma fuente".
Las principales propiedades del boniato son su alto contenido en betacarotenos (pro-vitamina A) y tocoferol, que al ser antiinflamatorios ayudan a cuidar la piel, la visión y el sistema cardiovascular. Además mejora nuestro sistema inmunitario. Entre las vitaminas que aporta, además de la vitamina A, nos ofrece altas dosis de vitamina B9, o ácido fólico.