El ajo contiene un compuesto llamado alicina, el cual tiene potentes propiedades medicinales. El ajo es una planta perteneciente a la familia Allium (cebolla) y está estrechamente relacionada con las cebollas, los chalotes y los puerros. Crece en muchas partes del mundo y es un ingrediente popular en la cocina debido a su fuerte olor y delicioso sabor. Sin embargo, a lo largo de la historia, el ajo se ha usado principalmente por sus propiedades medicinales y beneficiosas para la salud . Su uso fue bien documentado por todas la grandes civilizaciones, entre las que se incluyen los egipcios, los babilonios, los griegos, los romanos y los chinos. La “cabeza” entera recibe el nombre de bulbo de ajo, mientras que a cada segmento se le llama diente. Aproximadamente, hay 10-20 dientes en un solo bulbo de ajo.
La mayoría de los efectos que aporta a la salud se deben a uno de los compuestos de azufre que se forma cuando se pica, machaca o se mastica un diente de ajo. Este compuesto es conocido como alicina y es el responsable del distintivo olor del ajo. La alicina entra en el cuerpo a través del aparato digestivo y viaja por todo el cuerpo, donde emplea sus potentes efectos biológicos.
Un amplio estudio de 12 semanas reveló que los suplementos de ajo reducían el número de resfriados en un 63 %. La duración media de los síntomas del resfriado también disminuyó en un 70 %, desde 5 días de duración con el placebo a solo 1 día y medio con el ajo. De acuerdo con otro estudio, una dosis elevada de extracto de ajo (2,56 gramos al día) puede reducir en un 61 % el número de días de enfermedad por resfriado o gripe.
La alicina también puede ayudar a desintoxicar el cuerpo de metales pesados. En dosis elevadas, se ha demostrado que los compuestos de azufre contenidos en el ajo protegen contra el daño en los órganos derivados de la toxicidad de los metales pesados. Un estudio de 4 semanas realizado a empleados de una fábrica de baterías de coche (exposición excesiva a plomo) reveló que el ajo disminuía los niveles de plomo en la sangre en un 19 %. También redujo muchos signos clínicos de toxicidad, incluidos dolores de cabeza y presión sanguínea.